lunes, 28 de marzo de 2016

Una programación cinematográfica para Semana Santa


Desde hace muchos años tengo una relación bastante conflictiva y esquizofrénica con la Semana Santa, al rechazo visceral con el que vivo todo lo que viene de la iglesia católica lo compenso con mi afición a aprovechar estas fechas para escuchar partitura en mano alguna de las pasiones de Bach. Llevo ya muchos años viviendo en el extranjero y son muchos detalles en los que uno, leyendo los periódicos españoles, se da cuenta del abismo tan enorme que hay entre vivir en un estado donde la religión es importante (Holanda, donde viví 8 años), otro estado que hace gala de la separación entre Iglesia y Estado (Francia, donde vivo actualmente) y una teocracia como España, donde la Iglesia puede incluso ocupar el centro de las ciudades durante varios días y encima recibir el apoyo de las autoridades que se dicen laicas y de izquierdas. Se pueden añadir todos los matices que se quiera a lo que he dicho de estos tres países, pero es a grandes líneas lo que les separa en este asunto.

Cuento esto porque ando estos días recordando cual era la programación típica de la televisión cuando yo vivía en España, donde uno se podía atiborrar cada año de su ración de ben-hures, túnicas sagradas y demás paranoias, y me divierto pensando cuál sería la programación cinematográfica que yo haría, de la musical ya hablaremos en otro momento, en estas fechas que terminan hoy con el lunes de Pascua. Esta es una pequeña propuesta: empezamos por Philomena, simplemente porque es una película de Stephen Frears que he descubierto recientemente y que me parece buena y que ilustra muchas cosas. Cuenta el caso de una joven embarazada y soltera acogida en los años 1950 en un convento en Irlanda, donde el hijo que tendrá será dado en adopción, en contra del criterio de la madre, que penará por ello hasta que, ya muy mayor, cuando su hijo debería cumplir 50 años, intenta recuperar el tiempo y saber qué fue de su hijo. No cuento más, pero sí la recomiendo al lector que no la haya visto; contada con un cierto sentido del humor, es un ejemplo de cómo se puede abordar un tema sin miedo a que se te eche encima toda una tonelada de casullas cardenalicias impregnadas de inquisición. Además es una buena película y la interpretación es impecable. Por cierto, imprescindible verla en inglés, no se puede doblar a Judi Dench, debería estar escrito en la Constitución Europea, si es que existe tal cosa.





El segundo ejemplo es más amargo y más obvio. Se trata de Amen, el film de Costa Gavras sobre la implicación del Vaticano en la solución final hitleriana, hasta la ayuda que prestó para que algunos jerarcas nazis, “buenos católicos”, pudieran escapar a Argentina y escapar al juicio del ejército aliado.






Y puesto que hablamos de programación cinematográfica en una televisión española, no puedo dejar de traer la mejor réplica a la última cena que quien esto escribe ha visto nunca en el cine. Me refiero, cómo no, a Viridiana, una joya que algún bruto de la censura estuvo a punto de destruir.




Por cierto, no me resisto a incluir además la escena final, esa que Buñuel tuvo que cambiar y poner la que le sugirió el censor, que la dejó más buñuelesca todavía.




Esta es solo una lista muy corta. Y el lector de este blog? Qué películas incluiría?

PS: ayer tocaba programa de radio y hoy a más tardar me correspondía compartirlo en el blog, pero un virus sin importancia pero inoportuno me dejó en cama y sin programa. No desfallezca el lector que prometemos seguir haciendo radio mientras nos sea posible.

2 comentarios:

  1. Pues a mí se me ha venido a la mente la que podría ser la película perfecta para esta Semana Santa: una superproducción, director de moda, caras conocidas, mucha toga, muchos extras, mucho relumbrón... pero los cristianos representando el papel de matarifes mientras que los paganos son llevados al matadero por estos corderitos.

    Hablo, claro, de Ágora:
    http://www.filmaffinity.com/es/film566095.html

    Una película que lo tenía todo para ser un taquillazo, y acabó teniendo problemas hasta para ser distribuida en USA. Y es que la sociedad no perdona a quien osa cuestionar sus preconceptos.

    Un abrazo (a riesgo de que me pegues el trancazo, pero vale la pena asumirlo). Por cierto, harto de frenadoles y couldinas, ahora me los curo a base de carajillos. Y no te digo que se me curen antes, pero desde luego tampoco tardan más. XD

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  2. Pues tomo nota porque en su momento no la vi. Además la Weisz es una de mis debilidades. Y tomo nota de lo de los carajillos, ya lo he hecho alguna vez y por lo menos se pasa mejor.

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