domingo, 16 de septiembre de 2018

Spotlight




Uno llega a ciertas cosas cuando puede, no cuando quiere. Habían estrenado la película hace un par de años, pero se me pasó por delante de los ojos sin que tuviera ocasión de ir a verla, demasiadas cosas siempre en la agenda. Ahora, en la misma semana, la he podido ver dos veces, una emitida por la BBC, que a pesar de los pesares sigue siendo una joya audiovisual y espero que dure, y la otra en la televisión francesa, donde tuvieron a bien dejarnos la banda original para los que tenemos alergia a los doblajes. No había leído más que algún titular que decía que Spotlight era una denuncia contra los abusos sexuales a niños en la Iglesia católica en Boston, pero yo no lo he visto así.




Spotlight es el nombre del grupo de investigación del periódico Boston Globe que da título a la película, pero spotlight también significa el foco de atención en el inglés corriente. Centrada la acción sobre este grupo de trabajo y el periódico en cuestión, el tema de los abusos, con ser dramático y algo más que importante, no deja de ser un macguffin que nos permite ver otras cosas. Por supuesto es importante hablar y denunciar los abusos sexuales por parte de curas que han sido protegidos por la jerarquía eclesiástica, por supuesto es importante denunciar el poder (y el dinero) inmenso de la Iglesia para silenciar voces, por supuesto es necesario sacar a la luz tanta corrupción que ha provocado, y provoca, tanto dolor. Las cifras en la película, que son datos reales, son terribles. Pero a mi modesto entender Spotlight trata también, sobre todo, de otras cosas. 





En primer lugar me ha impresionado la denuncia sobre toda esa parte de la sociedad que, conociendo lo que pasa, mira para otro lado, bien porque saca tajada, los abogados en primer lugar, pero también otros ciudadanos que bien podían haber hecho algo: el caso del redactor del Globe Robbie Williams es el más evidente. No hay crimen oculto sin personajes cómplices que lo oculten, y la película denuncia claramente los intereses que se pueden tejer en una sociedad relativamente pequeña y cerrada. Este asunto me es relativamente cercano, por cuanto conozco un caso concreto, nada que ver con la Iglesia, donde un caso de abusos es ocultado, ignorado y el ejecutor sigue contando con un beneplácito profesional difícil de creer y menos de justificar; y qué hacer cuando no se tienen pruebas en la mano, aparte de retirar algún saludo?

El otro asunto de importancia es el relativo al periodismo. Cuál es el papel que tiene el periodismo? O más concretamente, cuál es el papel que en la sociedad queremos darle al periodismo? En la película queda claro lo caro que puede ser investigar un asunto complejo y que puede tener muchas ramas. Caro en el empleo de tiempo, pero caro también en el apoyo que pueden dejar de recibir los periodistas. Hay una escena clave para mí, que pasa casi desapercibida, cuando el portavoz de la archidiócesis le dice al responsable del grupo Spotlight, que su jefe es de fuera, un judío venido de Nueva York, que subirá profesionalmente y se irá de Boston, pero que los del spotlight se quedarán en Boston… Qué será de ellos? Si eso no es una amenaza en toda regla…

Ya para terminar: choca ver una película así, los periodistas dejando todo para sacar adelante un asunto en el que se implican, y comparar con los asuntos patrios de la semana, donde uno de los periódicos que deberían ser una referencia no es capaz de distinguir, o no quiere distinguir, un plagio de una cita en una tesis doctoral. Lo dejo aquí. 

Para terminar, dejo la música de la película, que sin ser nada del otro mundo forma una parte importante en la construcción del suspense que culminará con la publicación del reportaje que hará que el arzobispo de Boston, gran encubridor de los casos denunciados, sea apartado de su puesto… para ser ascendido a un puesto mejor en el Vaticano. 


3 comentarios:

  1. Muy interesante,Eloy ! ¡hace que quieras verlo! Pero, ¿tendré el coraje? Estas son películas esenciales pero difíciles de ver, porque nos obligan a enfrentar los lados más oscuros y terroríficos de la cara humana.

    En cuanto a "¿y qué hacer cuando no se tienen pruebas en la mano, aparte de retirar algún saludo ?", si es un menor (niño o adolescente), está el 119 para informar, anónimamente si lo deseas No es necesario contar con evidencia : duda o sospecha son suficientes para informar. Son entonces los trabajadores sociales o los servicios judiciales y policiales quienes evalúan si el niño realmente está en peligro o no. Esto no es denuncia o calumnia, es señalar a un niño potencialmente en riesgo. La ley también impone informar a cada ciudadano. De lo contrario, uno puede ser procesado por "no asistencia a la persona en peligro" ... Es precisamente una (pequeña) forma de no ser un testigo indefenso ...

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  2. El caso que conozco no necesita denuncia, ya está en los tribunales. Ya te contaré. En cuanto a la película la he grabado, ya te pasaré una copia. Gracias por venir por aquí!

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