Lector impenitente y desordenado como soy, tuve la inmensa suerte de poder asistir hace unos años a una conferencia / homenaje que se le rindió a Juan Goytisolo en el Instituto Cervantes de Toulouse. Invitado por la revista Horizons Maghrébins, Juan Goytisolo nos habló de todo aquello que más le ha apasionado siempre, los clásicos de la literatura estudiados y explicados con una visión alejada de los cánones literarios que todavía predominan y se enseñan en tantas universidades. Al descubrir lo heterogéneo de la audiencia, tuvo que traducir directamente al francés lo que él había preparado en su impecable castellano. Descubrí entonces, en su sabiduría salpicada de notas muy irónicas, a un Goytisolo diferente del que yo creía conocer y me impuse desde entonces volver a leerle; mi óptica cambió y todo ha tenido una luz diferente desde entonces.
Al final de la conferencia, me acerqué a él y pude charlar un rato. Yo quería preguntarle cosas y era él quien me preguntaba. Al final me hizo una recomendación, que leyera a un buen amigo suyo que se llama José María Ridao. Hoy precisamente aparece una columna de Ridao en El País dedicada a Juan Goytisolo. Recomiendo ávidamente la lectura de uno de los mejores artículos sobre el independentismo catalán como oposición al nacionalismo español, y de la necesidad de desactivar lo que él llama la carga letal de las fábulas nacionales.
Cito del artículo de Ridao: “Es difícil saber si lo que está pasando entre nosotros es que nadie lee o que nadie entiende lo que lee. Pero, a la vista de las reacciones intelectuales que está provocando el independentismo, cabe preguntarse si no se tratará de algo peor; en concreto, de la creciente dificultad de ejercer la crítica de las fábulas nacionales con las que a cada cual le haya tocado comulgar en razón de su lugar de nacimiento o de la lengua que habla desde la infancia.
De no enfrentarse a esa dificultad, de no desafiarla sin contemplaciones, los intelectuales podrían estar contribuyendo a afianzar, no una patria de hombres y mujeres libres que se rigen por la Constitución elaborada por una clase política hoy denostada, sino una o varias naciones de seres sojuzgados en nombre de fábulas que parecen distintas, pero que son siempre la misma y única fábula.”
Y como en este blog no hay entrada sin música, aquí va una folía interpreatada por Jordi Savall. Locos nos vamos a volver todos si no intentamos aportar un poco de raciocinio en medio de tantas emociones enfrentadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario