Santoña da vergüenza

Que unos jóvenes se manifiesten contra la presencia (y el mantenimiento con dinero público) de capillas en las Universidades Públicas, esto es motivo para ir a juicio, sobre todo porque algunos católicos hay que ver qué celo ponen en defender las tonterías que tienen metidas en la cabeza, como si los demás tuviéramos que seguirles en sus ideas peregrinas (y, a veces, también peligrosas)… Que un espectáculo de guiñoles, que nunca debió ser anunciado como espectáculo infantil, acabe con los autores cinco días en la carcel, y con toda la derecha más corrupta y antidemocrática pidiendo las cabezas y las dimisiones que ellos nunca ofrecieron, porque estamos de acuerdo que lo de Aguirre no es una dimisión, sigue cobrando del erario público, que de donde se cobra no se dimite… Que otros jóvenes, esta vez en la ciudad de Santoña, armen una chirigota para soltar proclamas que estarían prohibidas en cualquier otro sitio y circunstancia, eso no solo no es para ir a juicio, sino que apenas es noticia.

    


Sinceramente, hay veces en las que a uno se le hace muy difícil explicar en Francia algunas de las diferencias que hay entre vivir en uno u otro país.

NOTA: la foto de arriba es la del monumento a Carrero Blanco en Santoña que todavía sigue en pié, que yo sepa, y que fue objeto de comentario en un restaurante de Toulouse. El camarero se nos presentó como hijo de españoles, nos contó que había nacido en Santoña, donde todavía iba en verano. Cuando le pregunté por la estatua de Carrero Blanco me soltó aquello de "ese hijoputa!". Todavía me estoy riendo, y además nos dieron muy bien de cenar y hemos vuelto alguna vez.