Eran las ocho de la mañana y estaba lloviendo a cántaros, algo que habían anunciado copiosamente en las noticias los días anteriores. Pensó en su hermano, 60 años y síndrome de Down, y la cita que tenían en la Universidad, donde un profesor les había invitado a un congreso para hablar con el ejemplo de su hermano de la importancia de la estimulación psicomotriz temprana en personas con síndrome de Down. Pero llovía mucho, hacía fresco y no quería exponer a su hermano a un resfriado o algo parecido que, en su caso y a su edad, siempre viene acompañado de otras cosas. Así es que llamó a la casa de su hermano y respondió la cuidadora que le acompaña, que estuvo de acuerdo. Llamó después a la Universidad, ya eran casi las nueve de la mañana, y allí le agradecieron la llamada y le informaron que se había anticipado, que les pillaba con el teléfono en la mano puesto que todos los actos y las clases se habían cancelado debido al temporal…
Ocurrió en Valencia y en Burjasot, fue el 29 de octubre, el día de la DANA, y los protagonistas de lo que he contado arriba tienen nombre y apellidos. Entre tantas noticias sobre mentiras y nuevas mentiras sobre las antiguas mentiras, alguna asociación o alguna institución debería recordar que alguien hizo su trabajo, tomó la decisión que le correspondía tomar por difícil que esta fuera, anuló lo que había que anular y de seguro que alguna vida se salvó con su decisión.
En el momento que yo escribo el todavía presidente Mazón es un zombie político, él es el único que cree estar vivo, pero todos a su alrededor lo miran como el muerto político que es. Después entrará la Justicia, que con su rapidez habitual tomará decisiones allá por el próximo diluvio catastrófico en Levante. Pero a los ciudadanos nos corresponde exigir de nuestros gobernantes, que para eso les pagamos el sueldo entre todos, un sueldo y unas condiciones laborales que son para que hagan su trabajo, no para que chuleen a todo el mundo.
Se me ocurren dos apuntes tan lógicos y evidentes que da hasta vergüenza tener que insistir en ellos:
1- Estaría bien que las personas que ocupan puestos de responsabilidad tengan la preparación adecuada para ello. Haber sido votados y obtener una mayoría no implica que un presidente esté capacitado para manejar un presupuesto enorme ni para tomar decisiones que le sobrepasan. Lo mismo para los que son nombrados en puestos aquí y allá. Los ciudadanos nos hemos acostumbrado con ligereza mental a que nos gobiernen a veces verdaderos ineptos que no tienen ni formación ni capacidad para lo que llevan entre manos. Para las próximas elecciones deberíamos empezar por pedir más información sobre la experiencia y capacidad profesional de cada candidato, no sea que nos vaya a dirigir una comunidad autónoma un cualquiera que como experiencia profesional solo ha llevado una cuenta Twiter en su vida. Lo mismo para cuando nombran ministros, asesores y demás. Si los pagamos nosotros, al menos que sean capaces.
2- La Administración española se ha convertido en algo imposible de manejar. Hay demasiados niveles y demasiado caros. Las comunidades no pueden ser reinos de taifas que compiten entre sí, y los españoles se merecen ser tratados por igual vivan donde vivan, y hayan nacido donde hayan nacido. Vivir con 17 sistemas sanitarios y 17 sistemas de educación, por poner solo un ejemplo, es una auténtica locura. Cuando miro el mapa de España solo veo un sumidero por el que desaparece una cantidad enorme de dinero público, que hay que repetir una vez más que es de todos y que sale del bolsillo de cada uno. Una administración que está y funciona cuando se le necesita, y la DANA es el mejor ejemplo, es el mejor antídoto contra los abascales y alvises oportunistas que siempre están al acecho en cada convocatoria electoral.
Termino con algo que me contó alguien que lo ha vivido. El pasado mes de enero hubo unas tormentas de viento que afectaron a las islas británicas. El día señalado como peligroso era un viernes, y la víspera, a primera hora de la tarde, las clases de la universidad fueron interrumpidas por unas alarmas que sonaron simultáneamente en todos los móviles de las aulas, alarmas que asustaron a todo el mundo y que provocaron lo necesario: las clases se suspendían el viernes, y todo el mundo debía quedarse en casa siempre que fuera posible. No entiendo que algo parecido no hubiese alertado a toda la población valenciana afectada el pasado 28 de octubre.
PS: la semana de la DANA yo andaba entre Francia y España de traductor y conseguidor de platos vegetarianos y otras cosas con un coro francés, el coro Mikrokosmos. El día 30 había concierto en Zaragoza, en una sala maravillosa con una acústica increíble. El director quiso dedicar el concierto a las víctimas, y este vídeo es un pequeño extracto del ensayo previo.
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