Oí que había un acorde secreto
que David tocaba y complacía al Señor,
¿pero a ti no te importa mucho la música, no?
Es así: la cuarta, la quinta
la menor disminuye, la mayor aumenta;
el rey perplejo componiendo el Aleluya.
Tu fe era poderosa pero necesitabas una prueba.
La viste bañándose en la azotea;
su belleza y el claro de luna te trastornaron.
Entonces ella te ató a una silla de la cocina,
destrozó tu trono y te cortó el pelo
y de tus labios arrancó el Aleluya.
Dices que tomé el Nombre en vano;
pero ni siquiera conozco el nombre.
Pero si lo hice, bueno ¿a ti qué te importa?
Hay un destello de luz en cada palabra;
da igual que oyeras
el sagrado o el roto Aleluya.
Hice lo que pude; no fue mucho.
No podía sentir, así que aprendí a tocar.
Dije la verdad, no vine para engañarte.
Pero aunque todo saliera mal,
estaré ante el Señor de la Canción
y en mi lengua no habrá más que Aleluya.
Nena, he estado aquí antes.
Conozco esta habitación, he andado este suelo.
Antes de conocerte vivía solo.
Ahora he visto tu bandera en el arco de mármol,
pero el amor no es una marcha triunfal,
sino un frío y roto Aleluya.
Hubo un tiempo en que me decías
todo lo que pasaba en tu interior,
pero ahora nunca me lo cuentas ¿no?
Recuerdo cuando entré en ti,
y el espíritu santo también entró,
y cada vez que respirábamos era Aleluya.
Quizá haya un dios allí arriba
pero lo único que he aprendido del amor
es a disparar a quien desenfunda más rápido.
Pero no es un grito lo que oyes esta noche,
no es la risa de alguien que haya visto la luz
sino un frío y solitario Aleluya.
traducción de Alberto Manzano. Visor Libros.
Genial canción. Reconozco que me llega más la versión de Jeff Buckley: https://youtu.be/y8AWFf7EAc4
ResponderEliminarMuy buena, ni idea de quién era este señor, gracias por la sugerencia!
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