La cosa iba de Beethoven, de sus sonatas para piano. El alumno se sentaba al piano y el profesor a su izquierda, frente a otro piano de cola, de forma que el público pudiera ver (y escuchar) todo perfectamente. Parece simple, una clase con público, pero si el profesor es Daniel Barenboim la cosa ya impone un poco. Existe grabación de lo que cuento y cuando le tocó el turno a Javier Perianes, de todos cuantos consejos y comentarios le hizo Barenboim hubo uno que se me quedó grabado: demasiados colores, eso es excelente para Debussy, pero no para Beethoven… Pensé en ello cuando el otro día me topé en la tienda con un disco de Javier Perianes que interpretaba… los preludios de Debussy.
Hace años que me metí como pude en estas piezas aisladas unas de otras que recogemos hoy por sugerencia del compositor como si tuvieran una unidad, título de preludios para todas ellas, doce preludios para el primer libro, doce para el segundo, como si fuera una actualización de los Preludios y Fugas de Bach, o bien de los Preludios de Chopin, solo que lejos de seguir el orden tonal de las doce notas de la gama, Debussy se apoya… en los colores, en la pintura. Tal es lo que nos quisiera decir Javier Perianes en su interpretación, dando la razón al compositor, que indica un título solo al final de cada preludio, sugiriendo que la escucha debe dejar lugar a la imaginación sin buscar una idea preconcebida. Hay algo más hermoso que titular el cuarto preludio “Les sons et les parfums tournent dans l’air du soir”?… Omito la traducción, imposible traducir la belleza del texto francés, solo superado por la propia música de Claude Debussy.
No he encontrado una versión de Perianes de los preludios para incluir aquí, cosas de las casas de discos, de los derechos y otras zarandajas que ahora no importan. A cambio he encontrado esta delicia, que no es de los preludios, pero que ilustra perfectamente de lo que hablamos hoy:
Tuve la suerte de descubrir estos preludios de la mejor manera posible, en un concierto en vivo de quien es uno de mis más admirados pianistas de cuantos siguen en el ruedo: Krystian Zimermann. La perfección, las dinámicas, la expresión, llegar a un clímax sin que el piano suene nunca forzado… eso solo está al alcance de unos pocos, y yo tuve la suerte aquél día de estar allí para testimoniarlo. Dejo aquí el ciclo completo del primer libro por si alguno tiene curiosidad y paciencia; advierto que le costará, a mí también me costó, pero no hay verdadero placer sin esfuerzo.
Y para el final, para los menos pacientes, si quieren escuchar mi preferido, el preludio que soy capaz de escuchar una y otra vez sin cansarme, aquí está “La Cathédrale engloutie”, en la versión de Arturo Benedetti Michelangeli, al que nunca pude escuchar en vivo, pero que para muchos es el mejor intérprete al piano para esta obra de Debussy.
Buenos días, he sido, desde siempre, admirador de la música de Debussy, y me ha encantado encontrar recientemente este post. Agradezco que nos hayas descubierto esta excelente versión de los preludios de Michelangeli, estaba acostumbrado a escuchar la Catedral sumergida en versiones mucho más lentas y pesadas en la parte inicial, que es la más impresionante y estremecedora: aquí la música es mucho más fluida hasta llegar al clímax de las quintas paralelas, y a partir de ahí va apagándose con gran delicadeza hasta el final. ¡Genial!
ResponderEliminarTambién quiero mostrar mi completo acuerdo con tu comentario al título: "imposible traducir la belleza del texto francés..." Soy de la opinión de que la la belleza de una obra de arte poética (el título es un verso de "Les fleurs du mal" de Baudelaire) solo puede hallarse en el texto y el idioma originales. La traducción es una labor modesta que no puede llegar más allá de reproducir el sentido de las palabras y ayudar a que el lector no francés trate de alcanzar esa belleza.
Muchas gracias por su comentario. Voy a reconocer que a mí me costó mucho llegar hasta la música de Debussy, de hecho no lo hice hasta que me di cuenta que las grabaciones no eran suficiente, y que era con la música en vivo como únicamente podía escuchar toda esa paleta de colores musicales. Espero verle de nuevo por aquí.
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